miércoles, 23 de marzo de 2016

Listas.

— ¡Nos faltan listas en la revista!— me gruñó mi jefe a las ocho menos tres minutos de la mañana. 
— ¿Perdona? ¿Qué faltan qué?— le respondí mirándole por encima de mis gafas de ver. Me faltaban el rojo Chanel en los labios, el pelo limpio y peinado y un par de horas de mascarillas revitalizantes para parecer una modelo de gafas de las caras. Y un café. Doble. Muy doble.
— ¡Listas! ¡Lis-tas! ¡L, i, s, t, a, s! ¿Cuál es la parte que no entiendes?— como odiaba a ese ser a esas horas.
Respiré profundamente y llamé con la mente a los espíritus de todas las mujeres que lucharon por nuestra libertad. Me llené los pulmones del humo que había destruído aquellos primeros sujetadores que desaparecieron chamuscados en defensa de nuestros derechos. Me acordé de su madre pero por otros motivos. Me levanté de la silla y con un golpe seco de tacón la eché hacia atrás, lo cual no servía absolutamente para nada pero una vez lo vi hacer en una película y siempre he querido repetirlo. Dejé de dispersarme y pensé de nuevo en ellas, en las mujeres, en nosotras. Las eternas luchadoras que llevábamos siglos aguantando a machitos de pilila pequeña y boca grande; aguantando injusticias, o vivir encorsetadas, o transformándonos en súper heroínas, mutación que al único que beneficia es a él, porque no deja de ser echarnos más trabajo a las espaldas. Y a medida que iba pensando en ellas, en las víctimas inocentes de descerebrados a los que, para empezar les cortaba el pene el rodajas delante de su cara, me iba enciendo más y más. Y pensaba en Marta, que se levanta a las seis a limpiar cristales porque su expareja no le pasa un euro de pensión y a cambio le dejó dos hijos que comían todos los días; y pensaba en Blanca, en sus tres trabajos, en su exmarido abducido por un alien extraterreste porque de otra manera no se explica el cambio de ser humano a ameba unicelular; y pensaba en mí, también en mí, y en mi compañero Rafael, que trabaja menos que yo y gana más a final de mes. Y además, Rafael no tiene que demostrar nada, ni hacer la cena cuando llega, ni bañar a los niños, ni sacar el pescado del congelador para comer mañana, ni tender la última colada del día, ni... 
— ¿Hasta cuándo, Manuel Jesús? ¿Hasta cuándo vamos a tener que aguantar que se nos trate de esta manera? ¿Te faltan listas? ¿Y listos? ¿Tienes suficientes? Todas las mujeres que trabajamos en esta revista que diriges con el culo, todas, somos mujeres listas, inteligentes, como poco, trescientas veces más listas que tú. Y déjame decirte que o cambias esa actitud de machito que por cierto, ya no se lleva, o dentro de nada no tienes a esta lista sentada en su mesa. 
—¿Qué?
— Que dimitiré, hombre. ¿Ves? ¿Ves lo listo que eres?
Fuí a buscar mi silla con mi mirada de "esta silla está justo donde he querido mandarla" y me senté de nuevo a mi mesa con las manos entrelazadas bajo mi barbilla. 
Él fue a buscar otra silla y se sentó frente a mí. Cruzó las piernas y puso sus manos sobre la rodilla que quedaba encima. Una medio sonrisa le marcaba sus ya no tan incipientes patas de gallo. 
— ¿Esperas algo?— le pregunté a los cinco minutos de sentirme incómodamente observada.
— Ver tu cara.
— ¿Perdona?
— Tu cara... cuando te diga que lo que faltan en esta revista son listas, listas de esas que escriben las personas cuando van a la compra; o de esas que haces con las diez cosas que tienes que hacer antes de morir; o de las que te dan en el colegio en septiembre con todo el material que tiene que llevar tu retoña a clase; en fin, de esas listas. Lista.
Lejos de avergonzarme, le contesté con lo primero que me vino a la cabeza:
— Pues aprovecho el discurso para preguntarte por qué Rafael gana más y trabaja menos que Ana, Teresa y una servidora.
— Quiero una lista sobre lo que más te guste para dentro de una hora. Quiero que enganche, quiero que divierta, quiero que funcione. 
Y se fue por donde había venido pero con la cabeza un poquito más agachada. La guerra no había terminado; no había hecho más que empezar. 
Una hora. Bien, no podía ser tan difícil. Últimamente tengo el Facebook inundado de listas de todo tipo, aunque bien pensado, esto ya lo descubrió la Cosmo que yo leía con catorce años y que apuntaba en portada "Las doce cosas que harán que tu chico caiga rendido a tus pies", o aquello de "Cinco comidas que absolutamente nunca debes tomar en la primera cita". Quien (afortunadamente)  no haya leído alguna de estas joyas, no ha tenido adolescencia.
Vamos. Allá vamos.
DIEZ LIBROS IMPRESCINDIBLES PARA ENTENDER LA HISTORIA. No, no engancha.
¿SIETE LIBROS IMPRESCINDIBLES PARA ENTENDER LA HISTORIA? ¿TRES? ¿UNO?
Segundo intento.
CINCO OBRAS DE LORCA QUE NO PUEDES DEJAR DE LEER. ¿CINCO? ¿SOLO? ¡No puedo hacerle eso! 
Tercer intento.
CINCO FORMAS DE ENTABLAR CONVERSACIÓN CON UN HOMBRE. 
. Dile "hola".
Ya está ¿no?
Décimo intento.
DIEZ VÍDEOS DE YOUTUBE CON EL QUE LOBOTOMIZAR A TU HIJO FRENTE A LA TELE MIENTRAS TE TOMAS UN GYNTONIC FRESQUITO.
...
Me muero de sueño. Con las prisas del artículo me he olvidado de tomarme mis cafés pautados cada treinta minutos durante dos horas. Esto me aburre soberanamente. Quiero dormir, dormir en mi camita ahora que Querido se ha ido a trabajar y no tengo que escuchar esos sonidos que, cual alarmas de tsunami, impiden que pueda conciliar el sueño a una hora decente, pongamos antes de las cinco de la mañana. 
Y así, sin querer, se me ha encendido la bombilla. Ya lo tengo:


10 FORMAS SENCILLAS DE DORMIRTE MÁS RÁPIDO.  
  
Dormir es un placer, una necesidad vital y además, estira la piel. En todo el mundo existen expertos durmientes capaces de entrar en fase REM con solo poner su cuerpo en posición horizontal e incluso,  a veces, pueden lanzarse a los brazos de Morfeo mientras viajan en metro, compran el periódico o saltan en paracaídas.   
Forma 
  
Pero lamentablemente, no todos nacemos con esa envidiable capacidad de dormir justo en el momento que queremos y no son pocas las veces en que puedes sorprenderte contando las horas de sueño que tienes por delantesi te durmieras en este preciso instante. O en este. O en este ya.  
Para todos aquellos a los que se les ocurren las más geniales ideas justo al contacto con las sábanas, quitándoles minutos o incluso horas de descanso; a los que comparten lecho con un profesional del sueño rápido o Fast Sleeper, y entran en un estado más y más alterado a cada ronquido ajeno; a los que trabajan día y noche para poder pagar las letras del banco y deben optimizar al minuto las horas de sueño, aquí tienen diez formas sencillas de dormirse más rápido. Este artículo es oro. Felices sueños.  
  
  
  1. MADRUGA.  
Este “truco” para dormirse más rápido puede resultar una obviedad, pero no está de más recordar que levantarse a las doce del mediodía, pasarse la tarde hablando por WhatsApp y querer dormirse al minuto y a las nueve de la noche, es bastante difícil.  
Madruga, aprovecha la mañana, pasea al sol o canta bajo la lluvia, pero sal de la cama antes de que empiecen a darte las buenas tardes.  
Forma 
  
  1. TEN UN BEBÉ  
Los hijos son una bendición, un regalo, una felicidad, en eso estamos más o menos de acuerdo todos los que somos papás; pero cansan, agotan, hacen que desees dormir a cada segundo del día. Si por tu edad o por tus creencias vitales no estás dispuesto a que un pequeño ser te llame papá o mamá, no lo dudes, pide prestado un sobrino o un vecino por un par de días y reconcíliate con el sueño fácil y rápido.  
Forma 
  
  1. VISUALIZA DOCUMENTALES DEL MUNDO ANIMAL.  
Pocas personas en el mundo son capaces de ver entero un documental sobre la fauna africana sin caer en un soporífero sueño. De hecho hay gente que cree firmemente que los primeros documentales los grabó un médico naturópata que compartía cama con una auténtica Fast Sleeper, como método alternativo a las píldoras somníferas y a su propio divorcio.  
 
  
  1. COME ABUNDANTEMENTE ANTES DE VER EL TOUR DE FRANCIA.  
Otro método testado científicamente y que os invitamos a probar: ingiere una indecente cantidad de paella, riégala con un buen vino, ponle el broche final con un irresistible trozo de tocino de cielo y siéntate en un sofá bien cómodo a ver una etapa del tour de Francia (también sirve la Vuelta a España, el Giro de Italia o el Ciclismo en ruta de los Juegos Sudamericanos). Te aseguramos que en medio segundo estarás profundamente dormido y que además aprenderás geografía mundial de forma subliminal. Si a esto le añades un canario cantarín y cuarenta grados de temperatura en la calle, los resultados pueden ser realmente espectaculares.  
Forma 
  
  1. TOMA UN BAÑO RELAJANTE  
Visualízate preparando un delicado baño de espuma: el agua a la temperatura justa; las perlas de aceite deshaciéndose y dibujando a su vez, caprichosas formas alrededor de tu cuerpo; las bombas de espuma, de delicados colores pastel, descomponiéndose en microburbujas que acarician tu piel. El incienso de jazmín consumiéndose despacio… te deleitas viendo su ceniza caer al ritmo de tus pulsaciones, el humo elevándose, la música, apenas perceptible, envolviendo la escena con un velo de tranquilidad y paz.   
Probablemente termines intoxicado ante semejante mezcla de olores y perfumes y, si a esto le añadimos el poder relajante de un baño de espuma, estamos seguros de que conciliarás el sueño en tres, dos, uno…  
Forma 
  
  1. RESUELVE DE CABEZA UN PROBLEMA MATEMÁTICO  
Piensa en tu año de nacimiento. A este número súmale el número del portal de la casa de tu suegra. Divide el resultado entre los días que llevas sin ir al gimnasio y multiplica este número por las calorías que llevas ingeridas en el día de hoy. Al número resultante, calcúlale la raíz cuadrada y suma al resultado el número de parejas sexuales que has tenido en toda tu vida.  Si aún no te has dormido solo puede significar dos cosas: o que eres un friki de las ecuaciones o que te has levantado a las doce de la mañana.  
  
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Forma 


  1. PRACTICA SEXO  
En solitario, en pareja, tríos o pandilla; aquí cada uno decide sobre sus gustos y se atiene a las posibilidades reales de llevarlos a cabo pero está demostrado científicamente que tras el orgasmo, el cerebro segrega a tutti pleni unas hormonas que dan mucho sueñito. Así que ya sabes: si practicas sexo, no conduzcas.  
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  1. HAZ LISTAS  
Todos tenemos un talón de Aquiles, algo que nos da mucha pereza realizar o recordar, de modo que, si no puedes dormir, proponte hacer una lista de todas las tareas pendientes que tienes en tu hogar; una lista de todos los libros que has leído a lo largo de tu vida; una lista de los mejores looks de los Oscar; o una lista de las veinte cosas que tienes que hacer antes de morirte, de los cincuenta imprescindibles que te llevarías a una isla desierta, de los básicos de armario que tendrás que comprarte esta temporada. Al menos, si no te duermes, tendrás unas listas muy útiles para el resto de tu vida.  
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  1. RECURRE A LA NATURALEZA  
Una infusión de tila, melisa, valeriana, o tal vez de pasiflora, serán una ayuda eficaz para conciliar el sueño con mayor celeridad. Tómala una hora antes de irte a la cama, apaga la tele, elige un buen libro y bajo una luz acogedora, disfruta de tu lectura sin prisas, detente en cada coma, en cada punto. Saborea cada palabra con cada sorbo de infusión, pasa las hojas con delicadeza, acomódate en tu butaca favorita. ¿Hay algo más relajante?  
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  1. INTENTA MANTENERTE DESPIERTO  
¿A quién no le motivan los retos?  Intenta mantener los ojos abiertos en la oscuridad de la noche. No, no puedes cerrarlos. No, no puedes pestañear. No, no puede entrarte sueño. Te aseguramos que en medio minuto, caerás rendido en el regazo de Morfeo. Pruébalo ¿serás capaz?  
Shhhh… Dulces sueños.  
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No he tardado una hora; he necesitado cincuenta y ocho minutos exactamente. Los otros dos minutos los he dedicado a reflexionar, a pensar que tal vez, a veces, soy demasiado impulsiva. Quizás he sacado las cosas de quicio y ni mi jefe ni Rafael se merezcan esto, porque es verdad que hay hombres que están a la altura, que han reaccionado y comparten aquello de la igualdad, que respetan, que comprenden. 
Media hora después de finalizar mi artículo, mi jefe y Rafael aún no han vuelto de desayunar. Quizás sí; quizás queda mucho trabajo por hacer aún.