jueves, 24 de abril de 2014

La decisión.



Hace muchos años que no hago el amor con alguien distinto a él, Teresa. No voy a saber, ya verás. Me quedaré tiesa como una estaca y empezaré a temblar como una tonta. ¿Y si me pasa lo que con Ramón, al que conocí en la consulta de Rodrigo? Mira que me lo dijiste, que fuera con cuidado, que si visitaba desde hacía quince años a un psiquiatra era por algo, y anda que te equivocaste. El pobre Ramón allí, desnudo, jadeando y con los ojos que se le salían de las cuencas y yo sin poder parar de reír a carcajada limpia. Y aquella vena que se le hinchaba más y más y aquellos ojos que miraban a través de mí, aquella mandíbula apretada y yo sin poder parar, Teresa. Al final es que me tuve merecido el mes y medio que pasé en coma. Yo creo que le voy a decir que estoy enferma. Es que imagínate que me pasa lo que con Alberto, que se me descompuso el cuerpo y no llegué ni al baño del restaurante. Me quedé allí pinchada, en medio de veinte desconocidos y sin poder hacer nada por detener lo que salía de mí, Teresa. Solo veía ojos que alternaban su cara con la mía y risas, solo se escuchaban risas. Yo creo que no voy, es que está claro que nunca volveré a hacer el amor, Teresa. Mejor lo acepto, me trago estas malditas pastillas y vuelvo con él para siempre.

                                  Dos mujeres desnudas. Pablo Ruiz Pizasso. 1906


Este relato resultó segundo finalista en el I Certamen de Microrrelatos Tusitala. Badajoz, Abril 2014. Está recogido en la I Antología de Narrativa Breve del CELARD: Varios autores. Escritores de cajón. Badajoz, 2014, páginas 117- 118.

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