sábado, 22 de junio de 2013

Lakelly

Tengo una amiga, Lakelly la llamamos, que de siempre ha sido bastante liberal. Le pusimos ese nombre porque, de haber nacido en Texas o Dakota del Norte, hubiera sido la líder del equipo de animadoras, la novia del cuaterman del equipo de besibol y la primera en perder la virginidad en el baile de fin de curso bajo un cielo de fuegos artificiales... era nuestra Kelly Taylor española, igual de libertina para nuestras castas mentes de dieciséis años mal cumplidos.
Lakelly nos enseñó todo lo que ella aprendió del Cosmopólitan y del Nuevo Vale porque aparte de libertina, era bastante generosa, todo hay que decirlo. Nunca salió de su boca un no, por lo menos hasta lo que yo recuerdo.
Como ella era claramente nuestra líder corporativa, las demás nos dejábamos mangonear felizmente, esperanzadas quizás de ser elegidas como su "mejor amiga oficial" y catar algo de lo que le iba sobrando. Cuando salíamos, maquilladas con todas las sombras de ojos, lápices, perfiladores y barras de labios de nuestras madres (y todo a la vez), vestidas con las faldas remangadas, peinadas con cuarto y mitad de laca en el flequillo y enjoyadas con los pendientes favoritos de Madonna en su primera época, lo hacíamos en el fondo como quien asiste a una masterclass de Jordi Cruz en Masterchef: ansiosas por aprender y superar alguna vez al maestro (y lo que surja).
Solíamos pedir un Cuarenta y Tres con chocolate para repartir entre seis (por supuesto, Lakelly era la que lo sujetaba la mayor parte del tiempo para darse ese aire de mujer pudiente que tanto le gustaba desprender) y nos poníamos todas juntas y bastante apretadas a cantar las canciones de turno, riéndonos a la vez y poniendo caras de buenorras inalcanzables: lo mismito que le veíamos hacer a ella.
Cuando habían transcurrido los primeros treinta segundos, ya la teníamos hablando con algún chulazo de metro ochenta y ojos verdes. Nosotras observábamos atentas y tomábamos notas mentales del meneo de la cabeza, del lento entornar de sus pestañas, del casi imperceptible roce de su mano con la de él... era todo un ritual que a fuerza de presenciarlo, lo fuimos haciendo nuestro y perfeccionando a medida que pasaban los años. 
Y pasaron más años y una a una nos fuimos casando, formando familias de distinto número de hijos y apartándonos de los bailes, los pestañeos y los roces varios.
Lakelly se casó con Eldylan (creo que Antonio se llamaba al inicio de los tiempos) en las Vegas, como no podía ser de otro modo. Y allí que fuimos toda su Corte Real, a sujetarle la cola del vestido de Marylin y a brindar por los novios con auténtico champán de Nevada. Y la que era nuestra maestra, se convirtió en confidente y asesora de ciertos "temas peliagudos", digámoslo así.
- "Cari, que yo creo que ya no le gusto, que no me mira como antes, que se le van los ojos detrás de la rubia de turno y de la morena también, que no se pone celoso si le hablo de Grey!"- le contaba angustiada Carolina, a los dos meses de dar a luz a su quinto hijo.
- "Pero Caro, cariño, ¿con el Grey le quieres poner celoso? pero si ese es un pardillo gafapasta que tiene mucho que aprender! Mira, tú preocúpate de recuperarte, de verte igual de preciosa que siempre, y ya verás como en nada lo tienes rogándote por las esquinas un poquito de atención - le consolaba Lakelly- Y cuando se la des, asegúrate de haberte tomado la píldorita, hija mía, que ya no te recuerdo sin embarazar!"
Lo mismo te asesoraba sobre perfumes afrodisíacos que sobre libros eróticos. Podías preguntarle si tal postura "amorosa" aseguraba contracturas toda la semana o si le parecía que debías mandar a tu marido con su madre una temporada. Ella siempre informada, siempre sincera, era nuestra Lorena Berdún particular.

- "Cari, snif tienes snif que snif veniiiiir"- le dije inconsolable por teléfono.
- "Estás bien? ¿Las niñas bien? ¿Todos bien?"- me contestó al segundo
- "Sí ssssnnniiiiiiffff... es... es por Éeeeeel"- y a los tres minutos de terminar la frase, Lakelly estaba llamando al timbre de mi casa.
Me miró, sirvió dos copas de vino y me sentó a su lado en el sofá. No necesitó hablar, las palabras brotaban de mis labios sin contención ninguna.
- "Es que (sorbo) se va de cena de empresa (sorbo) sooooolooooooooo!"- dije. Y esperé sus palabras poniendo a mi exquerido a caer de un burro.
- "¿Y?"- soltó. Y se quedó más ancha que pancha. 
- "Y que está casado y que yo tengo que poder ir con mi marido a una cena de trabajo y que pienso vender mis acciones de la empresa, las dos que tengo, y que no quiero tener nada que ver son una empresa que ningunea así al pilar de esta familia que soy yo y que parece que yo no trabajo pero no hago otra cosa y que qué él salga solo implica que yo me quedo otra vez en casa como todas las noches y que encima ese compañero nuevo soltero empedernido no me da buena espina y que ya está bien de ser la última mona de esta casa y que mañana pido el divorcio express."
Lakelly se reía a carcajadas, yo la odiaba por eso y por el clutch tan ideal que ya se había agenciado para este verano.
Cuando terminó con las risas y con el vino, menó su cabeza, entornó suavemente las pestañas, rozó casi imperceptiblemente mi mano y me dijo, todo lo seria que la ingesta de alcohol le permitió:
- "Haced que el estar juntos sea un privilegio, no una obligación."

Por algo fue, es y será siempre Lakelly, nuestra guía espiritual en esto de las relaciones conyugales. Nuestra maestra, nuestra Jordi Cruz del amor. Cada vez estoy más convencida de que en aquellos años, cuando les hablaba, sonreía y rozaba, lo que estaba haciendo en secreto no era más que estudiarlos como la especie rara que son.



miércoles, 19 de junio de 2013

Verdades como puños

Resulta que hoy en día puedes decir cualquier analfabetez y, siempre que le pongas un "según un estudio realizado en el laboratorio Manolo´s Pipeta, sito en la calle Calvario y adscrito a la Wisconsin University", convertirlo en verdad absoluta y total sin discusión. Lo mismo da que el estudio se haya realizado sobre un sujeto o sobre trescientos sujetos roedores, lo que digas lo acata hasta la Santa Madre Iglesia y todas las ánimas del Purgatorio. 
Esto tiene un peligro evidente y es que aquí el más tonto hace relojes. 
- "Ayyyyyyyyyyyyyy querida, pero cómo vas a darle un lactimel a tu hijita!!! Quita, quiiiiiita eso de mi vista que es veneno puro!!!"- gritaba Menchu como una posesa por mitad del Hipercor
Un señor que llevaba packs ahorro como para un bautizo, los tiró al suelo como un resorte y llamó allí mismo y entre lágrimas al Instituto de Toxicología para preguntar si sus hijos tendrían salvación. 
-" ¿Pero tú no sabes que los lcaseilimunitas enriquecidos son perjudiciales para el desarrollo del hipotálamo derecho?- me decía ojiplática mientras el señor del bautizo blasfemaba no sé que cosas contra la madre de Menchu. 
- "Pues hija, yo lo que veo es que perjudican el desarrollo de la economía familiar por el precio que tienen, pero yo al hipotálamo de mis niñas no le he visto nada raro"- le contesté mientras le hacía señas al señor del bautizo de que perdonara a mi amiga por su locura, fruto quizá de la ingesta masiva de algún producto dañino de estos que campan a sus anchas por nuestros supermercados.

Menchu es buena persona, no digo lo contrario, lo malo es que suele creerse a pies juntillas todo lo que circula por la Red.
-"¿ Habéis oído eso de que los tampones son tan absorbentes que te secan hasta el cerebro y la médula espinal?"
-"¿ Os habéis enterado de que si tomas muchos refrescos de cola, el hígado se te pone efervescente y el estómago se te desintegra?"
- "¡Leed el estudio que ha publicado la Universidad de Rita Irasema sobre el peligro que representa tomar en ayunas un café edulcorado con sacarina! ¡No sabemos lo que hacen con nosotros! ¡Esto es un vergüenza!"

Menchu creyó ver una noche a la niña de la curva en una recta; Menchu cree que si le das a "me gusta" en una foto con un gato sonriendo, a las doce de la noche te aparecerá en el espejo del baño el nombre del amor de tu vida; Menchu cree que si no reenvía tal correo al menos a cincuenta personas, algo malo le ocurrirá en las siguientes dos horas (ella las pasa refugiada en Tiffany como Audry, donde nada malo podría pasarle...). Menchu, por qué no decirlo, me tiene hasta los hue...vos con tanta creencia.

Y la verdad es que empiezo a estar harta de que me manipulen de mala manera. No falla que cuando la empresa TAL va a sacar nuevo producto, salga un estudio firmado por Pocholo Martínez Bordiú diciendo que el producto de la empresa TAL es malo para la salud.
Empiezo a estar más que harta de que se compartan imágenes manipuladas y trucadas de cualquier cosa en las redes sociales y que sólo con  verlas, las aceptemos sin más como verdades absolutas.
Y de lo que empiezo a estar profundamente harta es de los estudios que se hacen en universidades remotas y desconocidas que tienen que ver con el desarrollo de los niños. Ahí me has dado. Y por aquí no paso.
Resulta que un estudio demuestra que los bebés que toman leche materna desarrollan antes el lenguaje que los que no lo hacen.
Resulta que un estudio demuestra que los bebés que duermen con sus padres desarrollan artes de manipulación a una edad más temprana que los que duermen en sus cunas dejados de la mano de Dios.
Resulta que un estudio demuestra que los bebés que toman pecho, son mejores besadores al alcanzar la edad adulta que los que toman biberón, aunque a estos últimos se les da muy bien chupar caracoles.
Resulta que un estudio demuestra que nos manipulan como quieren; que quien está interesado en vender mucha leche de fórmula, difunde un estudio que demuestra que los niños amamantados son menos autónomos y luego les quitan el dinero en el recreo; y  el que está interesado en que las mujeres se queden más tiempo en casa amamantando y creando vínculos eternos con sus vástagos y sin ocupar puestos de trabajo (juro que he leído un artículo al respecto, cuando lo recupere lo pondré, prometido), difundirá un estudio que diga que los niños alimentados con lactancia artificial, son más torpes, tienden a darse a las drogas y al alcohol y no estudian más allá de tercero de la ESO.

Menchu parece que ha ido abriendo los ojos poco a poco. Bueno, la verdad es que ha sido de golpe. Su empresa ha difundido un estudio en el que se afirma que las mujeres divorciadas son más guapas, más inteligentes y más altas que las casadas. Resulta que su empresa es un bufete de abogados. Y resulta que Menchu... se acaba de casar.