miércoles, 13 de febrero de 2013

La enfermedad

Desde que he abierto el ojo esta mañana, no dejo de acordarme del vaso de leche calentito que me traía mi madre con el ardine cuando estaba malita y me quedaba en casa sin cole. Me lo tomaba despacio, regodeándome en ese sabor que irá irremediablemente unido a mi infancia, porque sabía que cuando le dijera "ya, mamá", ella apagaría la luz, me remetería las mantas por debajo del colchón y me dejaría dormir hasta que me aburriera de tanto perreo, perreo.
Así daba gusto ponerse griposa, mocosa o faringítica. Me podía pasar el día sin mover un dedito recostada sobre los almohadones blanditos que desprendían olor a Vick Vaporuv, como toda yo. El zumo venía a mí, el termómetro venía a mí, las natillas caseras también. Era, dentro del malestar que te acasionaba el no poder respirar normalmente o el tener un puñado de cuchillas gillettes a modo de amígdalas, un placer en toda regla. Sin más obligaciones que dejarse cuidar, mimar, recibir besos y abrazos curativos. 
Y estaba tan feliz con mi dolor de garganta y mi fiebre de treinta y nueve, que me esforzaba en cada visita al médico tosiendo con ímpetu, frunciendo el ceño a lo carapena, agudizando los alaridos cada vez que me palpaba los ganglios... para extender el periodo vacacional un par de días más, a ver si aguantaba hasta el jueves y escuchaba las palabras mágicas de mi madre: "ya para un día, te quedas en casa y vas el lunes, no te vayas a poner peor".
Hoy me he levantado nostálgica, con un catarrazo y una familia. Imagino que lo mismo que la mayoría, he dado bibes, cambiado pañales, hecho puré/ croquetas/ sopa de mariscos para la comida de los cuatro, he cambiado pañales, cambiado pañales, cambiado pañales (malditas ciruelas), jugado en la alfombra, jugado en el parque, he mediado en un combate a muerte por la posesión de una pieza de lego, he puesto lavadoras, recogido más juguetes que un reponedor de Toysrus, he dado meriendas, baños, bibes, aerosoles, cenas, he cantado el gato grande que hacía ro ro, las he mecido, acunado, abrazado y besado hasta límites insospechados... y todo eso sin soltar mi rollo de papel higiénico (esto lo aprendí de mi amiga Carmen mientras estudiábamos la carrera, da para muuuucho más que el paquetito de clinex), sin pensar en ponerme el termómetro y sin ver ni oir bien por la tremenda invasión que tengo en toda la zona de lo que viene siendo el cuerpo humano.
Pero todo esto, mi catarrazo, el intentar airear la casa y que a la vez las niñas estuvieran calentitas, el echar de menos que alguien me pregunatara si quería un zumito de naranja o un vasito de leche con miel, no es absolutamente nada comparado con lo que ha sufrido mi querido.
A media tarde ha estornudado tres veces seguidas tras lo cual, se ha puesto como un resorte la mano en la frente. De la impresión se le ha cortado el cuerpo y ha tenido que salir pitando al baño, de donde ha salido sudando como un pollo (enfermo claro), porque estaba más que claro que un virus maligno se había apoderado de él. Ha llegado a casa en taxi por si se mareaba conduciendo y se ha ido derechito a la cama con su pijama de abuelo y su bata a juego. Me ha pedido una bolsa de agua caliente, el termómetro y que llame al Dr. Remedios porque está muy mal. También me ha pedido que le ponga la tele de la habitación a ver si se distraía con el partido de Champions.
Se ha tomado un paracetamol en el descanso con media tortilla de patatas y una cerveza "no vaya a ser que me deshidrate, cari".
Ha llamado a su madre para contarle lo malito que estaba y su madre me ha llamado a mí para decirme que lo mejor es una infusión de manzanilla pompadour con dos partes de agua y una de ginebra, que es un remedio de toda la vida que viene fenomenal (¿fenomenal para qué?)
Al rato le escuché:
- CARIIIIIiiiiii...iiii...aaaayyyyyy...cariiii
- ¿Puedes esperar a que termine de ver Modern Fámily?- supliqué
- No CARIIiiiii... AAAAYYYYYYSSSSS- contestó agónico
- Dime- dije- ¿qué (te pica) quieres?- pregunté desde el salón
- ¿Tenemos algún Rosario?- dijo con voz de algún secundario de los Walking Dead.
- No querido, no tenemos- le contesté intentando pillar algo del final de la serie.
- ¿Tenemos garbanzos?- me dijo con aquella $@#&$*# voz
Extrañada y optimista (¿se pondrá a hacer mañana un cocidito aprovechando que no va a ir a trabajar?), le dije que sí.
-¿ Me puedes traer cinuenta y nueve y un poquito de hilo para hacérmelo yo mismo?- dijo- Aaaaaayyyyyy creo que estoy viendo la luz al final del túnel- concluyó.
A los dos minutos y medio estaba roncando. Y yo contando garbanzos.

Me rindo. Está claro que de ahora en adelante me tendré que cuidar yo cuando esté enferma. Y si tengo suerte y soy la única de la casa que lo está, lo mismo hasta puedo dormir seis horitas del tirón por la noche.

Pues eso, que me mejore.


jueves, 7 de febrero de 2013

Premios, premios!!!!

Bueno, bueno, bueno... después de un año y pico leyendo y escribiendo blogs, puedo decir que ha llegado el día de desenroscarme la boina. Esto de "desenróscate la boina, cariño", me lo dijo mi querido la primera vez que me alojé en un cinco estrellas ( que además coincidió con la primera vez que me alojaba en un hotel) y llamé a recepción para decirles que no había luz en la habitación y que subiera alguien a cambiarme las bombillas... a mí nadie me había explicado lo de meter la tarjeta en la ranurita de los cojo... mi querido estuvo descoj...onándose todo el puñert...ero fin de semana de los hue...vos!
A lo que iba, que me lío y me resto glamour y eso no me lo tolero. Hace unos meses, mi querida, amada y adorada Solomilla (sí, ésta) me dijo que me dejaba un premio en su blog y que me pasara a por él. Yo pensé, claro está, que por fin alguien reconocía mi talento literario y que a partir de ahí sería mundialmente famosa como si hubiese parido al mismísimo Grey (sal de mí, por Dios!). Pero no, no era eso... era mejor y no lo sabía. Extrañada, le mandé un mensaje a mi vez para que me tradujera del español al paleto estándar, qué significaba eso de los premios y qué a dónde tenía que ir a recogerlo. Ella, prudente, dejó que el tiempo pasase y mi mente madurase. Y maduró.  Hoy ya estoy en condiciones de aceptar MIS DOS PREMIOS, con la mayoría de mis facultades en mayor o menor rendimiento (¿?¡)

TACHÁN:

Todo un premiazo que me llena de odgullo y satisfacción!

Y para no perderme como me perdí el primer día que mis piececitos pisaron un aeropuerto internacional, sigo las reglas:

1. Agradecer el blog a quien te lo ha otorgado:  Gracias Solomilla, ya sabes que te idolatro y que me alegras la mañana, la tarde y la noche según la hora en que te lea. Nadie como tú para reconciliarme con la teta, el colecho y la bandolera, ya sabes que yo soy más de gachetobibe, cuna en el piso de abajo y un cochecito con unos buenos lazos a los lados y si puede ser con dvd incorporado para que se me duerma viendo el Baby Einstein Lullaby y así de paso, me salen listas. Bueno, esto es humor, que nadie se me mosquee. Mi Solomilla es la leche. Y orgullosísisisisisiima estoy de ella, ya lo sabéis.

2. Compartir 7 cosas de ti misma para que tus seguidores te conozcan un poquito mejor.
Con mis seguidores me unen mayormente lazos de sangre o de amistad profunda, con lo que me conocen bastante bien peeeeeeeeeero, como tengo fe en que algún día me llegue el premio a ser reconocida mundialmente, no dejo pasar la ocasión y las cuento:
 1) He vivido en Sevilla, Badajoz, Cáceres, Palma de Mallorca y de nuevo en Sevilla. Todas las ciudades tienen algo importante para mí pero si me tocara una lotería gorda, el apartamento no me lo compraría junto al mar. Mi dinerito iría derecho a un pisito enfrente de El Corte Inglés pacense, una casita en mi Badajoz querido para pasarme allí mis temporadas. Ais... echo mucho de menos Badajoz.

2) Soy una madre tremendamente madrera. Quizá porque tengo una madre valiente a la que adoro, quizá porque fue madre de tres linduras y ella solita pudo con todo, quizá porque siempre he sido su ojito derecho (jijijijijiji). Viva la madre que me parió.

3) Además de madrera, soy madre coñazo. Paso veinticuatro horas al día con ellas y el día que mi mayor se vaya al cole lo voy a pasar realmente mal. Mal, mal, mal. Despotrico de ellas, me tienen agotada, madrugo, trasnocho, no duermo siesta, comen como limas, no saben jugar sin mamá (o no quieren, me da igual que me da lo mismo) pero estoy profundamente enamorada de ellas y de su padre, del que despotrico igual pero sin el que no podría vivir. Mis tres bombones... ains.

4) Me encanta cocinar, preparar meriendas, comidas, cenas... como expliqué aquí, estoy poseída por el espíritu que posee a la Preisler y me gusta más tener invitados en casa que a un tonto un lápiz.

5) Tengo un trauma con el tema teta. A ver, mi complejo de aceitunera no era tal, era una realidad como un castillo, pero una crece y se da cuenta de lo mala es que es la edad del pavo y va haciéndose día a día amiga de su cuerpito humano. Luego llegó mi mayor, la desastrosa lactancia y vuelta al trauma. Pero también crecí y aprendí (ya lo dije aquí, no me repito más).

6) Empleo el 95% de mi tiempo a ser mamá y de ahí uno de mis problemas: tengo a mis amigas abandonadas. He tenido la suerte de encontrarme por el camino a gente maravillosa a la que no llamo con la frecuencia que quisiera (ni de lejos) así que aprovecho y os mando un beso grande y un perdón gigante por no coger más el teléfono. Os echo de menos más de lo que imagináis... vosotras lo sabéis.

7) Estudié filología hispánicas por tres motivos: adoro leer, adoro escribir y adoro enseñar. Hemos sacado poca rentabilidad económica de la carrera pero nunca he pensado en que me haya "equivocado". Algún día las migrañas, la fibromialgia y mis gordis me dejarán dedicarme a mi profesión, sea la que sea.

3. Repartir el premio a otros 15 blogs que sigas y enlazarlos.
Seguro que ya los tenéis todos pero dice blog que siga y yo no voy a hacer otra cosa no vaya a ser que me quiten mi insignia y de eso nada monada.
http://www.mimundosabeanaranja.com/ a mi colega migrañítica, por artistaza.
- a lacolinadepuck.blogspot.com.es porque es una maravilla
- a http://labienpuesta.blogspot.com.es/ para que lo atualice de una vez y retome su lado bloger ;)
- a http://www.lagallinapintadita.com/ porque es todo sinceridad y cree firmemente en lo que hace y eso me encanta.
- a http://pilaredondocuentacuentos.blogspot.com.es/ porque cuenta los cuentos como nadie
- a mi Solomilla querida, porque me la como con patatas http://solomillito.blogspot.com.es/
- a http://blog-demadre.com/ porque la acabo de descubrir y me encanta
- a http://padreenreduccion.blogspot.com.es/ porque a veces hace falta leer el lado masculino de las cosas
- a http://mamatecleayacuna.blogspot.com.es/ por que fue mi primera seguidora no familiar y eso no se olvida!
-a http://cocinarymas.blogspot.com.es/ porque se me cae la baba, literalmente, con sus platos
- a http://emartos.es/ porque te leo a horas intempestivas y no comento, para que sepas que me gusta lo que haces, vecino!
- a http://dibujandovoy.blogspot.com.es/ porque dibuja como nadie y además, tiene todo el arte escribiendo
- a http://susannaisern.blogspot.com.es/ porque no me puede gustar más lo que hace
- a http://monicarretero.blogspot.com.es/ porque mi mayor me tiene loca con Los vestidos de mamá.

4. Dejar un comentario en cada blog para que sepan que recibieron el premio. vooooooyyyyyyy!!!
 
 
 
Y TACHAAAAAAAN:
PREMIO Lok@ x tu blog: Debo de decir 3 cosas que me gustan y 3 que no, y elegir a 7 blogs para pasar el premio.
 
- Me gusta cuando mi niña me dice: "chupete, mantita y mamá" y nos tiramos por lo menos cinco preciosos minutos abrazaditas viendo dibus.
- Me gusta mi familia, todita entera, empezando por mi abu cuyos genes quiero heredar por encima de todo en el mundo!!
- Me gusta ser extremeña
- No me gusta y no soporto la mentira
- No me gusta tener la casa desordenada
- No me gusta la @ cuando se utiliza malamente, ya sabéis a qué me refiero.
 
 
Los blog premiados son los de Elízabeth, Vane, Xisxa, Eduardo, Carmen, Pilar y Mónica.

Besitos y besitas!!! ;)



martes, 5 de febrero de 2013

Experta mamá

Tenía que llegar el día en el que a Claudia se le notara su barriguita... y claro está: llegó. Cuando eres mamá antes que una amiga, en el momento en que ella se queda embarazada no paras de advertirle, enseñarle, aconsejarle sobre absolutamente todos los aspectos relativos a la maternidad. Tú eres una experta altamente cualificada en algo por primera vez en la vida y eso se tiene que notar.
Yo no he sido menos y por los poderes que me han sido otorgados como madre repetidora, empecé a aconsejar (acosar) a Claudia desde el minuto uno de la anunciación (que no de la concepción... únicamente porque no estaba delante que si no ya le habría puesto el termómetro, subido las piernas, despertado a Mario para un segundo asalto por si acaso, bla, bla, bla). 
- "Tienes que tomar unas galletitas saladas antes de levantarte, por las nauseas"
- "Tienes que darte esta crema en la tripa, ésta en la cara, ésta en los pezones"
- "Ni se te ocurra comer jamón/ suelta ese cigarro en cero coma/ suelta ese paté/ esa clara/ ese café/ ese maki hasta arriba de anisakis"
- " Tienes que leerte el Qué se puede esperar cuando se está esperando pero ya!"
- " ¿Has dormido bien?/¿Has lavado bien la lechuga?/ ¿Has puesto los pies en alto?"
Mil y una preguntas, recomendaciones de todo tipo. La sabiondilla que vive en mí daba volteretas en el aire agitando los pompones (¿olvidaré a Grey algún día?).
Y todo esto ocurrió mientras no se le notaba, mientras el pequeño cigoto no daba patadas ni malas noches, mientras todos los consejos iban para la futura mamá únicamente. 
Pero como digo, llegó el día en el que la acompañé al ginecólogo (¿quién mejor que tu amiga experta para recordarle al médico que tiene que hacerte el triple screening, el O´sullivan y recomendarte los ejercicios de Kegel?) y lo vi aparecer ante mí. Su perfil redondito, sus manitas inquietas, su placentita placentera. Pues bien, pequeño futuro ahijado, la has cagado. Y a partir de ahí, todo fue instruir a mi querida Claudia sobre el número de peleles y pijamas necesarios, que si el arrullo, toallas, jabones, cremas del cuerpo, del culete, de las erupciones, esponjas naturales, este chupete, aquel termómetro, esos pañales... y lo peor no era mi perorata contínua, lo peor es que Sofía también era madre, Laura también, Isabel, Teresa... y todas tenían peroratas, claro está.
Claudia empezó a evitarnos, a salir con gabardina y gafas de sol, a no contestar al teléfono. Como se podrá comprender, nuestra preocupación iba en aumento y las llamadas en cadena se hicieron cada vez más habituales.
-"¿Sabes algo de ella?"- me preguntaba María
-"Nada desde anoche cuando me dijo que iba a cenar y que ya me contaría hoy"- le contesté.
-"¿Tú sabes si le habrá comprado al bebé los peleles de la talla 0? Es que estoy en el Kiabi y hay tres por dos, se los cojo?"- volvió a preguntar.
Pero a mí ya no me preocupaban los peleles, me preocupaba que aún no me había llamado y eran las doce de la mañana.
Llamé a Mario: apagado. Llamé a su madre: no contestaba. Llamé a su ginecóloga: me colgó después de recomendarme un valium y una siesta. Me tomé el valium. Me tomé una cerveza. Llamé a mi médico por si tenía que ir a urgencias a hacerme un lavado de estómago por la mezcla (¿sería letal?, ¿me mandarían al psiquiatra?¿me dejaría mi querido por mis adicciones al alcohol y los barbitúricos?). Me recetó otro valium. Me decanté por otra cerveza.
Claudia me llamó a la una y media. Una hora y media menos de vida.
Presa de mi estado alterado, la pobre Claudia soportó sin abrir la boca mi chaparrón: que si me tenías preocupada, que si no puedes quedarte sola en casa a ver si te vas a tropezar con algo, que si ya sabes que me preocupo por ti porque YO SÉ lo que es un embarazo, que si puedes contar conmigo, que si que no te apetezca el sexo es normal y Mario lo tiene que entender, que si como lo coja lo entero, que si, que si...
-" Me he quedado dormida, lo siento"- me dijo con un hilito de voz cuando cerré mi enorme bocaza.
-"Vale cariño (ay) descansa (ay), te quiero (ay)"-dije. Y colgué el teléfono con el rabo entre las piernas.
En mi afán de demostrarle a mi amiga todo lo que sabía del tema bebé, me había olvidado de lo más importante: dejar descansar, dejar preguntar, dejar experimentar, dejar disfrutar de la maternidad. 
Claro que por otro lado... haber sido madre ella primero.